24/5/20

Apuntes de "La Mariquita"

Por la abundante documentación recopilada se puede afirmar que la Mariquita se bailó en el Perú antes de 1821, fecha similar con amplia dispersión en la campaña de casi todo nuestro país, con vigencia hasta fin de siglo y un poco menos en los salones provinciales. A mediados del 1900 aún la recordaban los viejos del norte y oeste, del litoral y hasta de la Pampa.
Ventura H. Lynch en su libro “La provincia de Buenos Aires hasta la definición de la cuestión capital de la República” editado en Buenos Aires en 1883, nos dice que “La Mariquita” era una danza que se conocía y se bailaba en la provincia de Buenos Aires allá por el año 1880.
Arturo Berruti en su publicación “Aires Nacionales”, Buenos Aires, 1882, la describe como “un baile bastante antiguo, tal vez de origen europeo, que ha venido poco a poco, tomando formas nacionales. Es un baile sumamente gracioso y por demás original y sus versos son muy chistosos” Berutti explica los movimientos de la Mariquita, pero nos dice con estimable prudencia que este baile "varia mucho en sus formas de un pueblo a otro".
Los aires de la Mariquita son ejecutados en la guitarra y son particularmente expresivos del aliento amatorio y de los osados avances de los galanes, que esta danza parodia. El final de la pantomima es lo que provoca mayormente la alegría, pues es entonces, cuando la recatada bailarina, que se había mantenido alejada hasta aquí, de los escarceos de su galán, agitando su pañuelo como bandera de rendición, lo arroja ahora al aire y se rinde ante el irresistible y abrumador avance de su amoroso compañero de baile” (“Bailes tradicionales argentinos” de Carlos Vega).
En 1863 el explorador inglés Thomas J. Hutchinson estuvo en Córdoba y en Santiago del Estero. En ambas provincias vio bailar la Mariquita, "que se acompaña con el tremolar de un pañuelo de bolsillo". En la localidad de Matará (Santiago), súbitamente entusiasmado, el inglés bailó. "Tuve el honor — dice — de bailar la "Mariquita" con una mujer que no tenia ni zapatos, ni medias, ni miriñaque".
En 1830, el naturalista y explorador francés Alcídes D’Orbigny la vio en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), y nos ofreció una descripción que no deja de ser valiosa, sobre todo por la fecha en que fue escrita. "En torno de las damas más amables se cambian espirituales frases, interrumpidas súbitamente por una "mariquita", danza viva y alegre, en que un guitarrista cantor debe, indispensablemente, unirse a la música. Un caballero invita a una dama; se colocan frente a frente con un pañuelo en la mano. El cantor comienza coplas de la más extraña sencillez, pues ninguna perífrasis vela o disfraza el sentido; la música la acompaña. Los danzantes agitan sus pañuelos con gracia, marcando el compás con los pies, avanzan, retroceden, se atraviesan, parecen huirse, vuelven a acercarse, dan vueltas el uno en torno al otro. Los presentes dan palmadas a compás y el espectáculo ha terminado".
El capitán inglés Joseph Andrews, en viaje de Buenos Aires a Potosí, pasó por Santiago del Estero en julio de 1825 y fue invitado a un "baile del país". Allí vio bailar "la Mariquita"
(imagen Aurora de Prieto)