En estos días de cuarentena, cuando ya nos cansamos de mirar tv, pelis, series o buscar en el placar la ropa del invierno pasado, te preguntaste ¿Qué estaba de moda y cómo se vestían las mujeres en 1810?
A través de la iconografía, imágenes en distintos tipos: pinturas, por ejemplo, que se encuentran en el Museo Histórico Nacional, y en diversos museos del país, y de documentos testamentarios y judiciales, entre otros, que se pueden rastrear en el Archivo General de la Nación, se puede reconstruir una época pasada, un lugar ideal para ver la ropa, es visitar el Museo Nacional de la Historia del Traje.
La ropa marcaba las diferencias entre los sectores sociales. Las mujeres de clase alta usaban vestidos de pollera amplia, con visos y enaguas, el talle imperio que se usaba en el Río de la Plata, era más corto que el europeo, dejaba ver los tobillos y se le adosaba una mantilla. Respecto al pelo, querían parecerse a una escultura griega. Recogían todo el pelo con una tiara. En cuanto a los accesorios, había un poco de todo, utilizaban collares de perlas, y una especie de camafeo. Gasas anudadas al cuello, distintos sombreros, peinetas y abanicos. Las tendencias, y los materiales, textiles, e indumentaria llegaban vía España y también con el contrabando vía Francia e Inglaterra. Las mujeres solían usar poncho para las situaciones de viaje, servían tanto para abrigo, como para aislarse de la lluvia. La ropa se confeccionaba a mano y era muy cara; la gente pobre se vestían mal y con lo que podía, ropa de algodón que era lo más barato y también con las prendas descartadas por la elite.
Iglesia Santo Domingo, Emeric Vidal
Emeric Essex Vidal (Brentford, Inglaterra, 29 de mayo de 1791 - Brighton, Inglaterra, 7 de mayo de 1861) fue un marino inglés y pintor aficionado, autor de las primeras pinturas realizadas sobre la vida pública en Buenos Aires y Montevideo. Si bien Vidal no fue la primera persona que realizó pinturas del territorio argentino y uruguayo, sí fue la primera de que se tenga registro que representó a sus ciudades desde dentro, a sus pobladores gauchos y a los oficios y tareas características del Río de la Plata. La pintura anterior, o es religiosa, o está referida a la vida indígena, como en el caso del jesuita alemán Florian Paucke. Vidal fue el primero en pintar la Plaza de Mayo; registró al gaucho boleando ñandúes; las carretas aguateras tiradas por bueyes, que según él era lo primero que llamaba la atención del visitante; los mataderos que describe como "repugnantes", los pescadores a caballo; los uniformes de las milicias; la vestimenta de los gauchos; los niños "lecheritos" (vendedores de leche), etc. Sus acuarelas están acompañadas de extensas descripciones escritas, sobre los oficios, procederes, diseño de las herramientas, etc. Vidal no pintó los interiores de las viviendas porteñas y montevideanas, limitándose a las escenas públicas exteriores.