29/1/09

4º luna - FESTIVAL NACIONAL DE FOLKLORE - COSQUIN 2009

La cuarta noche del 49º Festival Nacional comenzó con la actuación de Facundo Toro. El artista propuso un repaso por las canciones que recuerdan los años transcurridos desde su consagración (1997). “Zamba para olvidarte”, “La Diablera”, “Te quiero hasta la luna” y “Secreto Amor” fueron algunos de los temas con los que el músico deleitó en la apertura de la luna coscoína.

Música rioplatense en la Plaza Próspero Molina

El tango tuvo un papel protagónico en la noche. Su primer llegada fue con el trío Martínez, Jaurena y Ciavattini. El talento del trío los señaló como un grupo para recordar. Su impecable trabajo fue premiado con el aplauso del público. Más tarde subiría Juan Peinado cantando Malevaje. Su áspera voz sonó con las letras de Enrique Santos Discépolo, en un nuevo retorno a su pago serrano.

El conjunto instrumental ganador del pre Cosquín 2009 emocionó con su talento. “Las Rositas Trío de Tango” logró la aclamación del público gracias a su talento. Libertango de Astor Piazzolla fue la pieza elegida para despedirse. Los otros ganadores del pre cosquín 2009 fue la pareja de baile Lazo-Ibañez. Las figuras dibujadas en el escenario sedujeron en la noche, que se llenó de atracción milonguera.

Pisando el escenario
La cantora cordobesa Suna Rocha subió al tablado para llevar su canto a la gente. Su voz se elevó en poesía hecha lucha. Mostró la fuerza que caracteriza su canto y compartió escenario con el joven cordobés Juan Iñaki. Acompañada por la Compañía Federal de Danzas se alejó de la noche con un carnavalito.

Desde Colombia llegó el grupo Los Carrengueros de Ráquira, trayendo la música más representativa de nuestros hermanos latinoamericanos. Sus ritmos alegraron el ambiente, contando historias de sus pagos y de su gente. Canciones como “La gallina mesticera”, “La cucharita” y “Julia, Julia, Julia” hablaron del campo colombiano, imágenes que quedarán grabadas en la memoria.
La noche vivió un momento único cuando llegó la Delegación Provincial de Chaco. Acompañados por el Señor Norniella la comitiva fue un canto a la vida y la diversidad cultural. Desde la selva hasta Cosquín, llegó la música y el baile chaqueños.

Mención especial

El momento clave de la noche fue la entrada de Jairo. El cantor argentino debió disculparse frente a su público, ya que no podría actuar debido a un problema en la garganta. Tristemente emocionado, fue aplaudido por la plaza de pie afirmó su aprecio sincero por el artista. Quienes lo vieron más tarde aseguran que andaba caminando cabizbajo, debido al desconsuelo.


Desde el Norte llegaron al Festival
Aunque no estaba programada para esta luna, Mariana Carrizo hizo una aparición por el escenario. Su alegre voz resonó en la noche trayendo coplas, que saltando de piedra en piedra llegaron a las sierras de Punilla.

Su sola presencia llena el Atahualpa Yupanqui, y fue una invitada de honor en la noche. Junto a ella subió Gustavo Pantaleón, “soltero pa`la que le interese” aclaró Mariana. La pareja engalanó al público con sus coplas. Los cantos “guasos” de la bagualera, que hicieron sonrojar a más de uno, hicieron reír a todos. ¡Es de salta y hace falta! Mariana Carrizo volverá a subir a la Plaza el día domingo.

En un momento de emoción, Roberto Pérez de los Tucu subió al escenario. El público le dedicó un aplauso emocionado y un abrazo fraterno con el locutor y librtetista Marcelo Simón.
A la mitad de la noche se abrió el telón para dejar ver a Julio Palacios, recordándonos que el carnavalito siempre es bienvenido en el Festival.

Al sikus, el charango, el violín y la guitarra, se sumó un teclado y un cajón. La música recorrió entre parejas de baile las filas de la plaza. Mientras se despedía finalmente el tucumano, los aplausos que lo saludaban le dieron la bienvenida al grupo salteño Guitarreros. Las palmas acompañaron la actuación de los artistas que pusieron a bailar a toda el lugar.


Con su carnaval lograron detener en dos oportunidades el telón que lo separaba de su público.
Acompañado por bailarines, la guitarra y su voz, Juan Figueroa trajo sus canciones a una noche que se iba calentando las gargantas para gritar los sapucay.