Esta es la fiesta del folklore, de la música, del país. Galopando entre nubes de alto vuelo, llegó el talento indiscutible de Luis Salinas, su guitarra echó andar noche adentro, repiqueteando entre zambas y chacareras.
El público se maravilló ante las notas que danzaban rítmicas esperando el inevitable sonoro aplauso. Más le pidieron, más entregó Salinas en una muestra de su capacidad instrumental. Este guitarrista argentino alcanzó la ovación en su implacable encuentro con las cuerdas.
Noche Santafecina
La artista Revelación del Cosquín 2005, Mariel Trimaglio, llegó chacarereando “Campo afuera” junto al Ballet Oficial y el sonido eléctrico de las guitarras. Un toque de rock, característico en la música de Mariel. Un caluroso recibimiento la acogió en lo que sería una fiesta de la provincia de Santa Fe.
Cantando “Suspiros” enamoró y con el chamamé “Tan cerca y tan lejos” llenó de sapucay a la Plaza Próspero Molina.
Fue la noche para celebrar esta provincia querida, poseedora de una larga tradición folklórica. Después de treinta años sin pisar el Escenario Mayor la Delegación Oficial de la Provincia de Santa Fe con poesía subió al Atahualpa Yupanqui. Paseamos “Por el sur”, por la huella de campos de eternos sembradíos y corrientes de leche y agua.
Canto y danza para acercarnos a los paisajes camperos de esta región argentina. Calurosos aplausos que desde Cosquín viajaron a Santa Fe.
Muchas propuestas para celebrar
Leonel y Mateo subieron al escenario, dos camioneros del sur “eternos carreteros”. Vinieron a cantar sus historias de caminos lejanos, de una vida nómade y recuerdos pasajeros. En la 9º luna coscoína, recogieron una anécdota más que viajará con ellos, sin rumbo fijo, siempre al horizonte.
Aymama, bombo, guitarra y teclado. Voces femeninas, frecas y vivas. “Zonco querido” de Juan Falú y Pepe Nuñez fue un festejo en la noche festivalera. El “canto al río Uruguay” navegó celeste en el aire y se transformó en coplas de despedida, frente al aplauso en alto del 49º Festival Nacional del Folklore.
El certamen para nuevos valores Pre Cosquín dio lugar a Alejandro Varela, ganador como Solista Instrumental.
Un charango enérgico llenó las tablas carnavaleando. Despliegue de talento que repasó temas como “La bolivianita” y “Naranjitay”, y fue acompañado por las palmas en alto y el aplauso de la audiencia que lo despidió.
El “celeste y blanco” acompañaron la actuación de Soledad Pastoruti. Una fervorosa presentación que fue un torbellino de canciones que llegó pasando la media noche y siguió en viaje vivaz.
Un patio pa’festejar
Alfredo Ábalos, Elpidio Herrera y la Chacarerata Santiagueña, llenaron el escenario con coplas y guitarras.
“El patio santiagueño” fue un homenaje a esa tierra de viejos cantores y alma de música. Se afinaron bombos y palmas para la fiesta de santiago en la que se escucharon temas como “Chacarera del violín”, “Chacarera de mis pagos” y “Fortuna”.
Los Bailarines en escena y entre las filas de la Próspero Molina” levantaron el polvaderal en un festejo a violines afilados, vino en jarra y festival. Estos incomparables músicos pusieron a chacarerear en la anteúltima noche del festival, despidiéndose de Cosquín con “Entre a mi pago sin golpear” y “Añoranza”, ante un público que de pie los exaltaba.
Pocho Sosa, representante de la provincia de Mendoza, convidó al buen vino y al paisaje de su tierra cuyana. Sus prosas hablaban de buena vid, cosecha y alegrías, una vida de agua de nieve y salud.
Desde Santiago del Estero llegó Motta Luna. Sus melodías recorrieron espacios áridos al sol y siestas calurosas.
Con chacareras y voz sincera, cantó anécdotas de sus pagos, que fueron agradecidas con aplausos que no querían despedirlo.
Canto a la patagonia
Rubén Chauque “Patagonia” apareció tras el telón en el cierre de la transmisión en vivo. Su actuación fue una búsqueda de apoyo en una lucha justa por la libertad e igualdad de derechos para un pueblo que sigue hostigado.
“El abuelo y el Pehuen” fue el primer tema elegido por el músico, en una enseñanza de números e historia. Aprendiendo a contar hasta 10 en Mapudungun –lengua mapuche-. Rubén Patagonia tuvo una presentación única en la 9º Luna coscoína, en la que el público fervoroso dio su apoyo al artista. Acompañado por “el tano” Claudio Marciello, de Almafuerte” entonó temas presentes, que no pueden morir. Fue una suma de potencias y fuerzas musicales.
Es una voz sincera, que nunca buscó la fama y que tantas veces recibió demasiadas críticas injustas. Puso al público a cantar en lenguas ancestrales, para un país que mira y canta desde su hogar. Cuando Aoni Kenk sonó en la noche, su voz se quebró emocionada, no esperaba semejante recibimiento. Dos veces el público lo hizo volver al escenario, la ovación no tenía pensado dejarlo ir. Su canto es un llamado a la acción que llevan las causas justas. Palmas y canto en comunidad con todo el país, Amor- ayün, Libertad- kidungüneun. y fuerza- newen.